29 de agosto de 2011

Prejuicios y Atención al Cliente

  La Historia del Niño y la Camarera.

Un niño de 10 años entró en el establecimiento y se sentó en una mesa. La camarera puso un vaso de agua en frente de él. “¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?” pregunto el niño. “Cincuenta centavos”, respondió la camarera. El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas.

“¿Cuánto cuesta un helado solo?”, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mujer ya estaba un poco impaciente. “Treinta y cinco centavos”, dijo ella bruscamente.

El niño volvió a contar las monedas. “Quiero el helado solo”, dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue.
 
Cuando la camarera volvió, empezó a limpiar la mesa y empezó a tragar saliva cuando vio que, puestos ordenadamente junto al plato vacío, estaban los treinta y cinco centavos, y veinticinco más, su propina.


Fuente: Linkedin - Natalia Litvachkes

26 de agosto de 2011

La Crisis según Einstein...




"Locura es pretender resultados diferentes haciendo las mismas cosas"

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque surgen los desafíos, se acaba la rutina y nos obliga a progresar para no morir en el intento.

Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’, es decir surgen los méritos, mata el conformismo y la pereza realzando el talento para conseguir soluciones.

No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo, en vez de eso TRABAJEMOS duro.

Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora:  la tragedia de NO querer luchar por superarla.


ALBERT EINSTEIN

16 de agosto de 2011

El nuevo mercado Laboral que se avecina ¿Estamos preparados?

En la Revista Forbes ya anunciaban la “desaparición de las profesiones de clase media”.
El mercado de trabajo necesita una reforma. Pero ¿hacia dónde?
Con la crisis, se ha acelerado una “selección natural” de trabajadores, puestos de trabajo y empresas.
El afán de imponer la productividad como sistema productivo, conlleva ensalzar la efectividad y la eficiencia.
Pero ¿están nuestros trabajadores “formados” para ser efectivos y eficientes?

¿Y nuestras Empresas son efectivas y eficientes?
La respuesta no es fácil. Sólo conocemos la premisa común para trabajadores y empresas:

Para los trabajadores “o eres mano de obra barata o estás muy cualificado”. No puedes estar en medio.
Para las Empresas “o se es barato o eres distinto”. No puedes estar en medio.

Se suman dos factores la crisis y las nuevas tecnologías que van a modificar el mercado laboral. Dos ejemplos:
Las Agencias de viajes que no se adapten a las TIC, tienen los días contados. Ya que cualquier usuario puede organizar su viaje, reservar, ver, comparar opiniones…todo por Internet.
Por otro lado las Empresas reducen puestos de trabajo que no consideran imprescindibles y que ahora pueden prescindir.
Según Forbes, las “Profesiones de clase median que ya no existirán en 10 años serán: los agentes de viajes, analistas de noticias, ingenieros agrícolas, policías y vigilantes de tránsito, correctores de pruebas, técnicos matemáticos, managers de promociones y publicidad,…
¿Y qué tienen que hacer estas personas? REINVENTARSE.

Una visión sobre futuro de Nuestro Mercado Laboral.
Los trabajadores “especiales” crearan su propia “marca” y son los que conservarán su empleo.
Se contratará por “proyecto”. Dotando de flexibilidad a la Empresa.
Economía compuesta por freelance, que colaboran para determinados proyectos. Que aportan una especialización concreta y específica a cada proyecto.
Los trabajadores deberán asumir que no tiene un trabajo fijo.  Se trata de economía basada en trabajos Temporales y que el plazo lo determina tu implicación en el Proyecto.
Su salario estará condicionado a sus Rendimientos en el Trabajo. ¿Cómo se medirán?
E incluso se apuesta por colaboraciones y asociaciones de distintas PYMES.

¿Qué Profesionales tendrán más demanda?
Se necesitan Profesionales responsables. Que se crezcan en el Proyecto que asuman. Que investiguen y que el propio proyecto, les sirva de una formación constante.
Se valorará la capacidad de innovación de los candidatos. Habrá que demostrar la capacidad de creatividad a la hora de auto gestionarse y ser productivos.
Lo que conllevarán que los Profesionales no se sientan unidos a las Empresas. Sino que en su vida laboral tengan un abanico de Empresas con las que “colaboran”.

En busca de los empleados “cualificados” y “de alto rendimiento”.
Si extrapolamos estos condicionantes son aplicables uno a uno también a las nuevas empresas del 2020.

¿Cómo desarrollar estas nuevas habilidades profesionales que nos van a exigir el nuevo Mercado Laboral?
La educación de nuestros hijos requiere un giro completo. En los valores, potenciando el trabajo y no el éxito. Y de una mentalidad de continua formación. Igualmente fomentar el talento, la creatividad, la curiosidad por la innovación y el descubrimiento.
Las Universidades deberán formar a personas Profesionales, no titulados. Jóvenes con una formación más integra, que sean realmente cualificados para dar respuesta a las necesidades del nuevo marco laboral.
No habrá carreras exitosas, sino perfiles personales con éxito. Que vayan sobreviviendo a la selección natural.
Tendrán que ser conscientes de  que cada trabajo que elijan, será parte de aprendizaje y de su especialización en su trayectoria profesional. Y que de estos trabajos dependerán los trabajos futuros.
Actualmente, ya son las redes sociales una “reputación” a la que acudir para informarse sobre un candidato. En el futuro será vital, tus recomendaciones, tu trayectoria, tu talento, tu implicación con el entorno…
Un valor añadido del candidato es “crecerse en el trabajo”, superarse, arriesgar, tomar la iniciativa, asumir los retos, las ganas, la pasión…así creará “su marca”.
Todos tendremos que ser polivalentes, no sólo llevar a cabo la tarea encomendada, también en plazo, en rendimiento, en costes..Como si tú mismo fueras una Empresa.

Todos seremos Emprendedores de nosotros mismos ¿Estamos preparados?



14 de agosto de 2011

Me aburro en el trabajo!!!

Cuando levantarse para ir a trabajar, cuesta cada vez más. Y cuando uno se aburre en el trabajo...


¿Quién se dedica a inventar los chistes interminables que circulan por Internet? ¿Y las cadenas de mensajes que saturan cada día el buzón del correo electrónico? Evidentemente, alguien se aburre o todos nos aburrimos un poco, al menos unas horas cada día, en el trabajo. Buena parte de los ciberchistes salen de computadoras de empresas en pleno horario laboral.
 
La mayoría de las gestiones bancarias on line, las reservas de pasajes de avión o las compras de las entradas de cine se hacen desde la oficina, y muchos lo hacen por ocupar las horas muertas en el trabajo.

El tedio laboral aparece una mañana
y, desde ese día, se convierte en un compañero inseparable. Además, la pereza es contagiosa y, de tanto escuchar las quejas del compañero de al lado, muchos terminan sintiendo algo parecido.
 
Los psicólogos describen el aburrimiento en el trabajo como un estado emocional de insatisfacción que no radica solamente en el tipo de actividad que se realiza, sino, sobre todo, en la satisfacción que produce realizar ese trabajo y en la percepción que tenemos de él.
 
Del mismo modo que la ilusión nos hace sacar fuerzas y trabajar muchas horas sin cansarnos, el aburrimiento nos agota antes de empezar a trabajar. Hay tareas monótonas, repetitivas, mecánicas, cuya propia naturaleza podría explicar mejor la sensación de monotonía. Sin embargo, el aburrimiento nace muchas veces de la sensación de estar estancado, de perder el tiempo en algo que no nos interesa o en lo que no creemos, pero a lo que estamos atados para pagar las facturas.
 
Muchas veces son las propias empresas en su manera de organizar el trabajo las que abonan el camino del cansancio.La ruta del aburrimiento está perfectamente descrita: la gente se cansa cuando no tiene una experiencia real de progreso y la tarea a la que se dedica no acaba nunca, no tiene principio ni final definido. Pensemos, por ejemplo, en una cola interminable de clientes por atender, quizá recordemos las primeras caras y hasta algunos nombres, pero a partir de un momento pierden identidad y todo funciona como una línea de producción.
 
Hagas lo que hagas, siempre habrá un jefe insatisfecho. El descubrimiento de que por mucho que te esfuerces, introduzcas elementos creativos en tu trabajo o incrementes la producción no va a servir de nada, es uno de los resortes más decepcionantes que se conocen. Hay muchos directivos que, a pesar de las loas a la motivación del empleado que abundan en los libros de técnicas de administración de empresas, siguen empeñados en que, para sacar el máximo de un trabajador, lo mejor es presionar y poner caras largas. Sin embargo, éste es uno de los caminos más cortos para conseguir una plantilla harta, aburrida, que trabajará a media máquina y aprovechará la mínima oportunidad para revisar las ofertas de empleo.
 
Los problemas para hacer compatible el trabajo con la vida familiar u otro aspecto que el empleado considere prioritario para su vida, y la distancia que hay entre las expectativas que se tenían del trabajo y lo que el empleo puede ofrecer realmente, abonan esa sensación de despersonalización y distancia que caracterizan el hastío laboral.
 
Aunque es un fenómeno relativamente reciente, para mucha gente también cuenta estar en sintonía con los valores éticos de su empresa y compartir algunas ideas respecto a la función social que realiza. Cuando se produce un conflicto de valores, el empleado puede empezar a sentirse ajeno a todo lo que pasa a su alrededor. Del lado de los empleados, la negativa a asumir responsabilidades, a aprender cosas nuevas y a tomar iniciativas les pone en poco tiempo en la senda del aburrimiento.
 
Pero la realidad se impone, y muchas personas, a pesar de todas estas sensaciones y certezas, no pueden cambiar de empleo, o no se atreven, o no están pasando por su mejor momento, o están también aburridos de buscar trabajo y tienen que seguir así un día tras otro.
 
Aburrirse es más estresante que estar ocupado.Si, además, el aburrimiento se adereza con sentimientos de culpabilidad o sensación de fracaso laboral, la cosa puede ir a peor en su impacto psicológico sobre la persona. Por eso, los psicólogos insisten en diferenciar lo que llaman el aburrimiento reactivo, provocado por una situación monótona concreta que terminará con el fin de las circunstancias que lo provocan, del hastío vital sin motivo.
 
El aburrimiento en el trabajono hay que vivirlo como un fracaso moral. En todo caso, hay que intentar cambiar lo que se pueda cambiar, y lo que no, llevarlo lo mejor posible. Es perfectamente respetable que la gente quiera tener un sueldo y una seguridad, y las satisfacciones las deje para cuando salga del trabajo. De hecho, las nuevas tendencias en recursos humanos plantean a las empresas el reto de integrar en su plantilla a personas diferentes, unas más comprometidas y entregadas a tiempo completo a los objetivos de la empresa y otras menos implicadas, pero capaces de hacer bien su trabajo durante su jornada laboral.

Escrito por: