“Muchos trabajadores experimentan una falta de motivación, que termina generando un proceso denominado "despido interior". ¿Cuáles son los síntomas y cómo puedes salir de él?”
Entre las principales razones que explican estos síntomas están los conflictos con compañeros, aburrimiento, bajas expectativas futuras, mala retribución y sentirse defraudado con tu jefe. Lo que, en gran parte de los casos termina generando lo que se denomina “despido interior”.
Se trata de “la renuncia a poner empeño en el trabajo”.
En concreto, el despido interior es el resultado final de un largo proceso de vivencias negativas en el trabajo. De este modo, el trabajador se distancia de sus funciones, sin llamar la atención y pasa inadvertido, evitando conflictos.
“Si estás en Despido Interior, en lo profundo de tu alma te has rendido, porque no ves soluciones a tu desmotivación, frustración y malestar laboral. Entonces, para no sufrir y castigar a la organización, la única arma que encuentras es huir hacia dentro, rebelarte de forma silenciosa reduciendo tu rendimiento, dando el mínimo exigible para pasar desapercibido”.
Lo anterior se genera a través de varias etapas: en primer lugar, las personas comienzan con una primera etapa de entrega; cuando llegan a un nuevo trabajo. En esta fase cuentan con mucha creatividad y con muchas ganas de arriesgarse. Incluso, los desacuerdos se arreglan con un reajuste de las expectativas de ambas partes.
La segunda etapa se demuestra a través del compromiso, es decir, una vez que el trabajador se limita a hacer lo que se le pide. Sin embargo, piensas que tu "valor añadido", no ha sido valorado por la organización. La diferencia entonces está en que trabajas para cumplir con los objetivos, pero no arriesgas.
El tercer escalafón se caracteriza por sentir que estas "cayendo en la rutina". Ya no eres proactivo, y esto es notado por la empresa. En este caso no sólo nuestras expectativas no están cumplidas, tampoco lo están las de la organización, lo que favorece los conflictos por ambas partes.
El tercer escalafón se caracteriza por sentir que estas "cayendo en la rutina". Ya no eres proactivo, y esto es notado por la empresa. En este caso no sólo nuestras expectativas no están cumplidas, tampoco lo están las de la organización, lo que favorece los conflictos por ambas partes.
En el paso siguiente, tú como trabajador pasas a convertirte en una "víctima del sistema". Estás convencido de que la culpa de la insatisfacción e infelicidad es de la organización, por lo que te vuelves "rebelde-pasivo", y esperas que los demás se den cuenta de la situación y, por ende, mejore.
Finalmente, el trabajador termina por resignarse, ante una situación que nunca cambia a pesar de sus "esfuerzos"; terminas pensando que no puedes hacer nada para transformarla. El escalón de la "resignación" puede convertirse en una línea sin fin, incluso llevarte a la depresión.
El camino de vuelta
Aunque muchos expertos afirman que sólo se puede salir del proceso con la ayuda de un profesional, Iciar Piera Iglesias (coach) propone realizar algunos pequeños cambios en la visión interior y la gestión cotidiana. Éstos son:
• “Soy mis sueños”: esta frase busca que el individuo se reconecte con sus sueños.
• “Tengo una razón de existir”: alienta a vivir con base en los valores propios.
• “Me entrego a mí para entregarme mejor a los demás”: empuja a comprometerse con uno mismo para desarrollar mejores relaciones con los demás.
• “Desvelo mi fuerza interior”: hace hincapié en el poder de la voluntad y la disciplina.
• “Soy una fuente inagotable de energía”: empuja a generar un equilibrio entre la mente, las emociones, el cuerpo y el espíritu.
• “Soy una fuente inagotable de energía”: empuja a generar un equilibrio entre la mente, las emociones, el cuerpo y el espíritu.
• “El descubrimiento es mi zona de confort”: impulsa a salir fuera de la zona de confort.
• “Mi poder de elegir: reivindicar nuestra libertad”.
• “Soy mi propio agente de cartera”: indica que uno mismo es la mejor persona para saber lo que es mejor para uno mismo.
• “Desarrollo mi capacidad de duelo”: soltar, dejar ir, hacer hueco y dejar que algo nuevo entre.
• “Activo mi memoria de logros y desactivo mi memoria de fracasos”.
• “Desarrollo mi capacidad de resiliencia”: coraje de hacer frente a la realidad tal y como es.
“No importa en que tramo estés del camino, puedes dar un giro, aprender de ti mismo y darte una oportunidad de llegar a vivir inmunizado al Despido Interior”, concluye la experta.